Tomar caminos desolados y correr tras quimeras
con esa distancia opaca en la mirada.
Enmarañado es volver a crearse una y mil veces
como esos castillos de arena que poblaron infancias y sueños.
Demasiadas asfixias de la naturaleza
sacudiendo temporales internos
o quizás fueron éstos quienes provocaron desastres en el hábitat.
Al acecho solo el retrato de uno mismo.
Sin interlocutor ni escapatorias.
No es imposible revelar a tientas el inagotable goce
esa hoja en blanco
la palabra en combate.
Los poemas.
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