sábado, 30 de octubre de 2010

FORASTERA

Ser espía del tiempo

es no dejar que su milésima partícula

haga uso y abuso de nuestros cuerpos vagabundos

almas a las que siempre les falta algo

un punto suspensivo

salvaje horizonte entre ruido y silencio

esa entidad circular que nos convierte en niebla

avance y repliegue

nuevamente avance

otro paso

pero la brújula ya no se encuentra en el mismo sitio

un sinnúmero de minutos gastados dan cátedra

reminiscencias colectivas

nuestras sutilezas han variado

ni somos navegantes de sangre helada

ni virtuosos espías

no, apenas si logro transportar

esos matices de forastera del azar y el instinto

sentidos que todo indagan

corazón desguarnecido.

1 comentario:

Patricia Angulo dijo...

Me hiciste reflexionar sobre la posibilidad de ser forasteros de nuestro propio cuerpo.
Hay tantas ofertas tentadoras hoy día que muchos caen en eso, no me interesa salir de mi y desalojar mi cuerpo, quiero quererlo y cuidarlo y no dejar desguarnecido a mi corazón.

Me gustó que con tus versos me hayas ayudado a relfexionar esto, me has alegrado el día.

Besos.