fue tiñéndose con los matices más sombríos
cuándo habrá ocurrido el primer enjambre
pegajoso, horrible
esa violencia del grito agudo
destrozando tímpanos hasta oscurecer
por qué motivo habrá continuado
la elaboración tenaz y sigilosa de otros enjambres
contagiosos, temibles
esa intimidación de quien se cree más fuerte
y golpea como un guerrero innoble
a los brotes que irrumpen
con el corazón como estandarte.
Tantos enjambres queriendo socavarnos
para que la auténtica voz no sea escuchada.
Alzaré cada centímetro de mundo
fomentaré sin pausa
un no definitivo a la violencia
un no al terror
un no a la angustia de todo aquel
que soporta sobresaltos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario